Orientaciones psicológicas ante la pérdida
Pedir ayuda profesional no significa debilidad
2 de Octubre del 2012
• El dolor duele. Se puede pensar que es mejor evitar el dolor, distraerse con ocupaciones, pero al final el dolor suele salir. Darse un tiempo para asumirlo y superarlo.
• Cuidar la propia salud. Es recomendable cuidar la alimentación, la higiene, el ejercicio físico y el sueño dado que son variables básicas para que nuestro organismo funcione y se equilibre. El ejercicio es el mejor relajante.
• Aplazar decisiones importantes y no precipitarse. Esperar hasta que nuestras emociones se equilibren para tomar decisiones. Una emoción alterada nos hace más vulnerables.
• Aceptar el apoyo de otras personas. Expresar nuestras emociones y buscar el apoyo en familiares, amigos-as o personas de confianza nos ayuda a asumir la pérdida, aceptar lo sucedido, decidir qué hacer y recuperarnos emocionalmente.
• Afrontar la rutina. La apatía y la fatiga pueden hacer difíciles las tareas cotidianas, pero estas son un paso necesario para seguir adelante. Aunque el trabajo de duelo requiere tiempo y paciencia intente comenzar, en un tiempo prudencial, a realizar las tareas cotidianas. Puede ayudar hacer una lista de actividades e intentar llevarlas a cabo.
• Evitar el aislamiento social. Seguir relacionándonos con la familia, amigos y buscar reintegrarnos, lo antes posible, al día a día.
• Apoyar a los menores. Es importante, si los hay, abordar el tema de la pérdida de un ser querido con niños y adolescentes, sin cometer el error de obviarlo o negarlo para evitar un duelo no resuelto.
• Darse permiso para descansar. Asumir la tristeza o la ansiedad que nos provoca la pérdida como un proceso natural. Trabajar para superarla aunque, inicialmente, nos sintamos desbordados.
• Evitar automedicarse. Si es necesario, tomar algún medicamento pero siempre prescrito por el médico.
• Asumir el recuerdo. Es aconsejable, en ocasiones, seguir un proceso gradual en la asunción natural de objetos, lugares y repasar los recuerdos agradables y desagradables.
Pedir ayuda profesional no significa debilidad. No es más fuerte quién no precisa ayuda sino quién tiene el valor de pedirla cuando la necesita.